Crítica por Federico Vargas
El segundo largometraje de Sebastián Perillo llega a la nueva edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Con unos tintes del género fantástico y con chispazos de drama adolescente, la nueva propuesta de Perillo para la pantalla grande está más que aprobada, aunque con algunos baches por el camino.
Sol (Luciana Grasso) se muda con su madre a una nueva ciudad, quedándose en la casa del novio interpretado por Esteban Lamothe. Todo cambia cuando nuestra protagonista adolescente conoce a una misteriosa perra blanca que cambiará el destino de Sol y todos los que lo rodean a lo largo del film. En resumidas cuentas, de eso se trata Las noches son de los monstruos.
Por el lado fantástico, aplaudo al director por proponer este misterio entre el animal misterioso y la adolescente principal, logrando que se pueda mantener cierta tensión en cada escena donde ambas pueden deslumbrar. La película está llena de momentos de suspenso, algunos más trabajados que otros, pero nunca decae en mantener ese tono. Por el otro lado, apuntando más hacia el drama adolescente, no podemos agregar mucho ya que es más de lo mismo y hay ciertos personajes secundarios que son bastante clichés. Aún así, para el contexto que necesita la historia, funcionan.
Los diferentes aspectos técnicos, más concretamente la casi constante ambientación nocturna y una interesante fotografía, es otro punto positivo del film que ayuda a mantenernos más expectantes de lo que va sucediendo minuto a minuto. La banda sonora también potencia las escenas de máxima tensión, aunque por momentos no logra acompañar lo suficiente debido a que, como mencioné arriba, determinadas situaciones presentes en la trama no logran llegar a la nota alta de tensión.
Si bien las actuaciones no son tan destacables, si logran ser en gran medida buenas, aunque el premio a la más destacada es para Luciana Grasso, completamente lógico siendo que ella es la protagonista del film. En ella podemos ver a una joven asustada, que está experimentando muchos cambios al mismo tiempo y que poco a poco encontrará las respuestas a todo lo que va atravesando en la narración. Lamothe tampoco están tan mal, interpretando correctamente a un hombre prepotente, violento y que no se anda con rodeos.
Las noches son de los monstruos es una propuesta más que interesante por parte del director Sebastián Perillo que merece ser visionada en una época donde el género fantástico no está siendo tanto el eje central de una historia que contar.