La actriz Andrea Evans, recordada por su papel como Tina Clayton en la exitosa telenovela One Life to Live, vivió una de las historias más aterradoras de Hollywood. En 1993, durante una entrevista con PEOPLE, la artista reveló que abandonó su trabajo en plena fama para escapar de un acosador que la persiguió durante años. Su vida cambió drásticamente en 1987, cuando un desconocido comenzó a enviarle cartas falsas, amenazas de muerte y mensajes escritos con sangre, lo que derivó en una pesadilla que la obligó a dejar la televisión y mudarse lejos de Nueva York.
Todo comenzó cuando Evans, por entonces de 34 años, asistió al programa The Morning Show junto a sus padres. Poco después, un hombre bien vestido la abordó violentamente en el lobby de los estudios de ABC, gritando incoherencias sobre un perro y lanzándole documentos falsos. Aunque el incidente fue controlado por la seguridad, el sujeto —diagnosticado con esquizofrenia paranoide— siguió acosándola sin tregua. “Me mandaba cartas diciendo ‘¿Querés morir en casa o en el trabajo?’. Algunas estaban escritas en sangre, otras tenían esvásticas”, relató la actriz.
A pesar de las múltiples denuncias, Evans aseguró que las autoridades poco podían hacer, ya que el hombre era liberado cada vez que salía de tratamiento. “Siempre lo internaban 60 o 90 días, decían que estaba bien y lo mandaban al hogar más cercano a donde yo vivía. Estaba a diez cuadras”, recordó con angustia. El acoso llegó a tal extremo que debió contratar guardaespaldas armados las 24 horas. En una ocasión, el FBI la alertó de que su agresor había sido detenido con un cuchillo carnicero y una foto suya entre sus pertenencias.
El miedo y la falta de protección legal la llevaron a renunciar a su papel en 1990 y alejarse de los reflectores durante casi una década. Años después, Evans regresó a la televisión en The Bold and the Beautiful y Passions, retomando su pasión por la actuación. En 2023, la actriz falleció a los 66 años a causa de cáncer. Su exmánager, Don Carroll, la recordó con ternura: “Sus mejores días eran sin maquillaje, con el cabello en trenzas y una gorra en Disneylandia junto a su hija Kylie”. La historia de Andrea Evans sigue siendo un duro recordatorio de los peligros del acoso y la vulnerabilidad de las figuras públicas.