Del guionista y director Ari Aster, una de las mentes más inventivas del cine actual, llega un delirante viaje a lo desconocido con Beau tiene miedo.
Con el borrador completamente actualizado, Aster empezó a armar una lista con los posibles actores que pudieran encarnar a Beau Wassermann y sus complejidades, sin pensar jamás que podría atraer a Joaquin Phoenix al proyecto. El actor había ganado un Oscar recientemente por interpretar al Joker, de Todd Phillips. También había firmado para participar en Napoleón para Ridley Scott, por lo que el tercer largometraje de Aster era, en el mejor de los casos, una posibilidad remota.
Pero para sorpresa de Aster, Phoenix quería el papel, y se sometió a una preparación elaborada para encarnar a Beau Wassermann, un personaje tan específico como ninguno de los que había interpretado hasta ahora. “Antes de que trabajáramos juntos, yo pensaba que Joaquin era posiblemente el mejor actor del mundo”, afirma Aster. “Ahora, siento que es incluso mejor de lo que pensaba. Fue la mejor experiencia que he tenido con un actor”.
Para Parker Posey, quien trabajó con Phoenix en la comedia de Woody Allen Irrational Man, ver al actor dar vida a Beau Wassermann fue transformador. “Es operístico y tiene una gran capacidad para la complejidad y la mitología”, comparte Posey. “Es casi como si se enfrentara a su propio monstruo, algo feroz, complejo y horrible. Joaquín trabajó muy duro en este proyecto y sometió su cuerpo a muchas cosas”.
Para dar vida al personaje, Aster y Phoenix trabajaron juntos repasando el guión innumerables veces antes y durante la producción, discutiendo sobre el personaje, su comportamiento, su aspecto, su ropa y su tono de voz. “Joaquín pregunta todo lo que un actor podría preguntar, y le gusta repasar el guión con gran detalle, investigando todo lo posible”, señala Aster. “Eso lo hicimos antes de filmar y, además, en el set mientras rodábamos. Fuimos tanteando la película”.
Para Aster, el compromiso absoluto de Phoenix con el papel fue lo que hizo que su trabajo se destacara, la forma en que se entregaba a cada escena. Phoenix realizó la mayoría de sus escenas de riesgo, saltó a través de cristales, cayó de un ático, dió volteretas violentas en una bañera durante un día entero con un especialista en acrobacias. “Como actor, él quiere encarnar al personaje lo más que pueda, donde pueda”, afirma Aster. “Joaquín no es para nada vanidoso: pone todo de sí en el papel”.
Antes de trabajar con Phoenix, el método de Aster consistía en bloquear las escenas antes de llegar al set, determinando de antemano la ubicación de los actores y de las cámaras. “Dejé de lado mucho de eso y sólo tenía una imagen en mi cabeza de lo que podía ser la escena para poder tener una apertura total en cuanto a lo que Joaquin pudiera aportar en un día de rodaje determinado”, explica Aster. “Siempre se lograron mejores escenas de las que yo tenía en la cabeza”.
La transformación física del actor en Beau Wassermann sorprendió a todos en el set, incluida Parker Posey. “Vi a la pasada a alguien que entraba en mi trailer y pensé que era un miembro del equipo de limpieza”, cuenta Posey. “Esa persona tenía un semblante triste y espeluznante… y luego grité, y me reí, porque era Joaquín”.
La transformación del actor en un estado de confusión emocional propio de Beau Wassermann fue un espectáculo para sus compañeros de reparto, que se maravillaron de su capacidad para entrar y salir del personaje a voluntad. “Antes de conocerlo, pensaba que sería el tipo de actor que se pasa el día entero metido en su personaje, y que hay que tratarlo con cuidado, llamándole ‘Beau’ en lugar de ‘Joaquin’ cuando las cámaras no estuviera rodando”, confiesa Amy Ryan. “Pero eso no fue lo que me encontré. Me sentí como si fuéramos niños traviesos en el colegio dirigidos por Joaquín, que nos hacía reír mientras esperábamos a que empezara la acción. Cuando entraba en acción, ya estaba metido de lleno en la escena y en el personaje. Así es de milagroso es su talento”.
Aster cubrió los papeles secundarios con un elenco de actores de primera categoría procedentes de todos los rincones de la industria, incluidos varios artistas de Broadway nominados y ganadores de premios Tony, como Nathan Lane, Amy Ryan, Patti LuPone y Stephen McKinley Henderson. “Necesitábamos poblar todos estos mundos diferentes, así que el elenco secundario era importante, y pude incorporar gente con la que siempre había querido trabajar”, señala Aster.
Lo más destacado para Aster fue ver a estos profesionales frente a Phoenix, a quien describe como lo opuesto a un actor egoísta. “Fue divertido ver cómo cada uno de sus procesos se fusionaba, complementaba o chocaba con la forma de hacer de Joaquin”, comenta Aster. “”Pero al final, siempre fue productivo porque Joaquín es un compañero de escena generoso. Realmente aporta mucho a los otros actores con los que trabaja”.
Fuente: Diamond Films