La Apertura del FIDBA se realizará el lunes 2 de octubre en la Sala Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner con un programa doble.
Curado por Lila Foster -programadora de la Mostra de Cinema de Tiradentes- quizás el más osado espacio de estreno del cine contemporáneo brasileño: presenta cinco films que desdibujan los límites entre documental y ficción, entre el tiempo histórico y su fábula, entre visibilidad y misterio. Películas que buscan un “arte del encuentro” que acaricia las vidas de las personas retratadas, utilizando originales estrategias estéticas y políticas. El programa es una reflexión sobre la diversidad y la innovación del cine documental contemporáneo de Brasil.
Um filme de verão, de Jô Sefarty, profundiza en la comunidad de Rio das Pedras, en la Zona Oeste de Río de Janeiro, y en la vida cotidiana de cuatro adolescentes. El ambiente escolar, la vida que se desarrolla en su tiempo libre, los deseos y anhelos de estos jóvenes que viven en una periferia donde prevalece la violencia. Pero es el universo subjetivo y deseante de estos adolescentes el que asume centralidad en esta ficción documental, en la cámara que se convierte en forma de expresión.
Tremor Iê, de Helena Meirelles y Lívia de Paiva, se define como ciencia ficción, pero es en la conversación junto a una fogata donde el personaje-actriz roza la realidad de las oleadas de protestas que se apoderaron del país a partir de 2013. Por y con mujeres, es también en la fricción entre la fábula y la cámara que observa la ciudad de Fortaleza – sus callejones, sus monumentos – donde se siente el clima asfixiante del aparato represivo del Estado.
Lembro Mais Dos Corvos, de Gustavo Vinagre, lleva al centro de la imagen y la narrativa a la actriz Julia Katharine y su historia como mujer transexual. A través del storytelling fantaseamos con el melodrama, mientras que la ambientación, el encuadre y la extensión de los planos son austeros, centrados en el testimonio desvelado de la actriz.
Açucena, de Isaac Donato crea una etnografía de lo invisible, siguiendo los preparativos de un ritual que se repite cada año. Aquí la combinación entre imagen y sonido construye un diálogo entre la cámara que observa y la partitura que crea una atmósfera que evoca películas de suspenso, presentando a su personaje como un espectro, más sentido que visto.
Sessão Bruta, de Ela.ltda y el colectivo As Talavitas, fue filmada con un mini-DV y forma parte del día a día de este colectivo de artistas. En los días que pasamos juntos, el trabajo de construir decorados, bailar, celebrar, organizar la ira y confrontar al mundo en sus concepciones de lo que pueden hacer los cuerpos negros y deseantes.