Lucrecia Martel, sin filtros: criticó a Netflix y definió a la cultura como una “forma ecológica de guerra”

La aclamada directora argentina Lucrecia Martel ofreció una potente y crítica clase magistral en el Mercado Audiovisual de Bogotá (BAM), donde abordó sin rodeos desde la crisis ambiental hasta la hegemonía de las plataformas de streaming y el rol de la cultura en la sociedad. “Miren a dónde hemos llegado, con un planeta que está a un paso del colapso”, sentenció al inicio de su charla.

Una de sus reflexiones más provocadoras fue su definición de la cultura. “Mi teoría es que la cultura es una forma ecológica de guerra”, afirmó. Martel citó el crecimiento explosivo de Hollywood durante las guerras mundiales como un ejemplo de cómo el cine se utilizó para “transmitir valores heroicos” y construir la narrativa de que “el lado correcto del mundo era Occidente”, con Estados Unidos a la cabeza. “Y lo lograron con películas que eran, admitámoslo, brillantes. ‘Casablanca’, por ejemplo”, continuó.

La directora de “La Ciénaga” y “Zama” también apuntó directamente a la concentración de poder en la industria actual. “Solíamos preocuparnos porque seis o siete grandes compañías controlaban la distribución mundial. Ahora estamos reducidos a uno o dos países, con unas pocas plataformas que producen y preservan la producción audiovisual del mundo entero”, señaló. Acto seguido, lanzó una pregunta directa: “Me encantaría preguntar: ¿Netflix Latinoamérica responde realmente a los intereses de Latinoamérica?”. “Seamos honestos: Netflix es una empresa estadounidense. Naturalmente, tienen su propia visión, sus propios intereses”, reflexionó, y añadió con ironía sobre la aclamada película “Roma”: “Claro. De vez en cuando, hay que liberar a un prisionero”.

A pesar de su diagnóstico sombrío sobre la crisis ambiental, la ansiedad que genera la inteligencia artificial y la precariedad de la producción en la región —”La pobreza es la realidad de nuestro continente, no una excepción”—, Martel cerró con un llamado a la acción. “Inventemos el futuro, con el cine, con la literatura, con lo que sea”, propuso. “Y ese trabajo, esa responsabilidad de inventar el futuro, no es algo que se haga llorando”.