Crítica por Federico Vargas
Después de Catán no solo funciona como una crítica política-social-económica a la situación que se vive hoy en día (podría aplicar a cualquier parte de Argentina), sino que también vemos la reflexión de su director Víctor Cruz, replanteándose muchas cosas con respecto a esta producción.
Y justamente esta reflexión del director es lo que invita al espectador a replantearse también estas cuestiones. Por el lado de la crítica a la situación de Catán, el trabajo es excelente. Mediante entrevistas, fotos y material de archivo, se ejecuta en el tiempo necesario todo lo que Después de Catán tiene para decir.
Por el otro lado de la reflexión, podemos ver que entran en juego muchas cosas. Lo principal a destacar es lo que siente el director con respecto a esta situación en concreto y todo lo que puede desencadenar posteriormente en él. A veces contar este tipo de historias no suele ser muy llamativo para el público general, pero sin dudas es necesario, y Cruz lo entiende, lo ejecuta y el resultado es más que satisfactorio.
También hay que destacar que todo este cuestionamiento parte del material que Cruz nos presenta en el corto film, logrando que podamos entender que a fin de cuentas “todo tiene que ver con todo” y además ser conscientes de que siempre hay cosas por contar y que pueden surgir incluso mientras contamos algo totalmente (o no) diferente de nuestra idea inicial.