¿Cómo surge el proyecto de ‘Matar a la bestia’? Conoce más sobre la ópera prima de Agustina San Martín

Matar a la bestia, ópera prima de Agustina San Martin, participará de la Competencia Argentina de la 36° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

Conoce un poco más sobre el proyecto, relatado por la propia directora del film:

Me gusta pensar que la película es como un exorcismo queer. En este coming of age, Emilia teme. Rodeada por un contexto opresivo en un espacio incierto comienza a transitar su despertar sexual casi sin querer, como algo que va sucediendo a su pesar. Como fuerzas, el miedo y el deseo parecieran luchar tanto adentro como afuera de ella. 

Al momento de imaginar películas, hay algo de horror que me interpela. La respuesta es bastante nihilista: el horror está en todo. Como sufrí de insomnio gran parte de mi infancia y adolescencia, tengo inagotables recuerdos de noches enteras, oscuras, silenciosas, en las que el mundo se sentía un lugar amenazante. Por eso quizás me fue sencillo creer en lo simbólico, lo intangible, lo supuestamente irreal. Para mí, las noches se trazaban en una línea invisible entre lo físico y lo inexplicable, donde nada tenía más fuerza que lo otro sino que todo se sumergía en la negrura. Quizás por eso siempre me pareció tan fascinante tomar todos esos horrores y usarlos. Creo que siempre me fue curativo para encontrarle belleza a esa oscuridad.

Las imágenes que creamos para esta película fueron diseñadas pensándose como cuadros. Había una búsqueda por encontrar el ensueño en todo, por trazarlo de un modo que se sienta como un universo paralelo, como la realidad invertida. Buscábamos elementos ordinarios que pudiesen sentirse extraordinarios con tan sólo un detalle en la luz o un brillo. En esa búsqueda, el objetivo era enredar lo real y lo imaginario como si la película misma estuviese vista bajo la mirada de Emilia.

El estreno mundial de la película tuvo lugar en septiembre 2021 en el marco de la 46° edición del Toronto International Film Festival (TIFF).

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Retrucando la apuesta: lo femenino y el horror también están interconectados en las películas que me gusta hacer. Históricamente a las niñas se les ha enseñado que son indefensas. Que no deben sentirse seguras en la calle peligrosa, en una fiesta con desconocidos, ni siquiera en el ámbito privado. ¿No es el horror constante una respuesta orgánica a eso? Por eso me interesó contar historias en las que las protagonistas femeninas aprenden sobre su propia fuerza. Desafiar esa condenada pasividad que se nos ha construido como lugar en el que habitar. 

El contexto de la historia ocurre en un pueblo de Misiones. En América Latina, la mayoría de los mitos involucran a figuras masculinas que violan (“corrigen”) a las niñas que desobedecen las reglas o a sus padres. Todos creen que hay una bestia que es el fantasma de un hombre malvado. La religión es una parte enorme del contexto de este lugar, las iglesias dirigen el pueblo mientras se escucha música electrónica gregoriana exagerada (que compusimos) desde sus amplificadores. Todo ello conforma el carácter del pueblo que busca una bestia creyendo ese su lado demoníaco. Sin embargo, los “hombres malos” no son demonios, no son monstruos. Son hijos sanos de una sociedad perturbada. Y así, mientras el pueblo busca monstruos en la selva, la protagonista se atreverá a buscar a su hermano. Cuando dejan de ser temidas, las bestias se deshacen.

Conoce un poco más sobre Agustina San Martín, la directora:

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Directora, guionista y colorista. Escribió y dirigió los cortometrajes No hay bestias (2015), estrenado en Cartagena; La prima sueca (2017), estrenado en Berlinale; y Monstruo Dios (2019), Mención Especial del Jurado en el Festival de Cannes. Matar a la bestia (2021) es su ópera prima y tuvo estreno mundial en el Festival Internacional de cine de Toronto. Actualmente está bajo la beca de la Iniciativa de Artes de Rolex.

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