Fear Street Part 3: 1666 es una película estadounidense dirigida por Leigh Janiak y protagonizada por Kiana Madeira, Ashley Zukerman, Gillian Jacobs, Olivia Welch, Elizabeth Scopel, Benjamin Flores Jr., entre otros.
Esta crítica no contiene spoilers
Después de dos semanas de espera entre la primera parte y esta última, el viernes pasado llegó Fear Street Part 3, mostrándonos el desenlace del conflicto presentado en la primera película. Varios asesinatos después, finalmente obtendremos todas las respuestas sobre la verdadera maldición que azota a Shadyside.
Luego de haber visto las dos primeras partes, todos podemos coincidir en que la trilogía de Fear Street no es un producto original ni demasiado impactante y/o relevante que ha estrenado Netflix en su plataforma. Con este nuevo film, podemos catalogarla como una trilogía decente, aunque la tercera parte deja bastante que desear. Es mucho más frenética que las dos anteriores, contando demasiadas cosas en cuestión de una hora para después saltar directamente a la resolución del problema. Intentaron abarcar mucho en cuestión de menos de dos horas.
Lo más destacado, una vez más, es el elenco. En este caso podemos ver como los repartos de 1994 y 1978 están todos juntos interpretando a sus antepasados, aunque realmente no terminan de destacar tanto (y eso termina siendo un punto negativo por momentos) ya que la película se centra demasiado en un solo personaje durante una importante porción del tiempo en pantalla. Pero quitando eso, la química del elenco es creíble, se siente y es de lo mejor en 1666.
Después tenemos la ambientación y específicamente la fotografía, en donde parece que trataron de adoptar un aspecto parecido a ‘The Witch’ (2015) pero que termina notándose de muy baja calidad, casi al nivel de un episodio piloto de una serie de televisión de The CW. Lo que si destaco es la banda sonora. Por el lado de los vestuarios, nada que llame la atención, simplemente son acordes a la época y ya está.
En resumen, Fear Street 1666 llega a ser un producto decente para concluir la historia pero que termina siendo la más floja de las tres en todos los sentidos posibles. Realmente es una pena, porque pudieron haber hecho algo mucho más sangriento y perturbador, incluso pudiendo superar la violencia y el gore de 1978 y 1994.