Crítica por Matias Sielecki
The 355, la nueva película de Simon Kinberg, es entretenida pero no logra ni ser una película de espías, que es lo que en un primer momento nos promete, ni mucho menos una buena película de acción donde podremos ver personajes femeninos fuertes y bien desarrollados.
¿Por qué falla si tiene un buen elenco y un ritmo fluido que hace que la película pase rápida y sea entretenida?
Por el simple hecho de que hacer este tipo de películas donde se busca usar una estructura de grupo de películas que ya existen, en donde los personajes son hombres y en lugar de ellos ponen a mujere, son escritos por progre/ “feministas”, en donde las mujeres nunca pero nunca pueden ser incorrectas, corrompidas, malas, egoístas, etc. Esto logra que sean personajes planos, simples y pocos llamativos. Porque la realidad es que no hay ningún problema que estas películas sean protagonizadas por mujeres, el único problema es que no se sientan a desarrollar un personaje femenino que pueda ser cuestionado o que sea mal visto por la sociedad por algo que hizo. Y obviamente todo hombre que aparezca en la película debe de ser malo.
Por favor tengan coherencia, a los y las espectadores les gustan más los personajes que son imperfectos porque el ser humano por naturaleza es imperfecto y uno busca en el arte hacer catarsis, es decir, busca personajes en los que se pueda identificar con ellos, y esto los sabemos desde el principio del teatro en la antigua Grecia, no traigo nada nuevo.
Sin contar todo esto antes menciondo, la película llega a ser entretenida, pero las secuencias de acción están mal montadas, ya que su realización marea demasiado. Está hecho como si hubieran tenido que ocultar a toda costa errores que tuvieron en el rodaje para que parezca real la escena.
Y para colmo, no tenían mejor idea que para cerrar la película que hacer un epílogo, que es más innecesario y solo sirve para transmitir por si no quedo claro las ideales del falso feminismo, mejor dicho hembrismo, donde el hombre es el mal y la mujer una fuerza colectiva que lleva el bien.
Termino esta reseña aprovechando para dar voz a que los espectadores queremos buenas historias, que no nos importa quienes las protagonizaron, sino que sean buenas historias y eso solo se va dar si escriben buenos protagonistas porque en ellos siempre caerá la responsabilidad de que tan buena (o mala) será la película.