Demi Moore compartió en el New Yorker Festival que Tom Cruise se sintió “bastante incómodo” con su embarazo mientras ensayaban para la película de 1992 “A Few Good Men”, dirigida por Rob Reiner. Moore tenía ocho meses de gestación de su segunda hija, Scout Willis, cuando comenzó a ensayar sus líneas junto a Cruise y Reiner. “Creo que Tom estaba bastante avergonzado. Yo, en realidad, me sentía bien. Me movía, claro, pero podía notar que para él era un poco incómodo”, recordó la actriz.
Moore explicó que en aquella época muchos actores de Hollywood no tenían hijos debido a la presión de elegir entre la carrera y la maternidad. “Es una de las muchas cosas que no me parecían lógicas. Así que desafié la idea de que no se podía tener ambas cosas. Pero eso vino con mucha presión que me autoimponía para demostrar que era posible”, añadió. La actriz reconoció que, en su intento de equilibrar maternidad y trabajo, se convirtió en “un poco sobreexigente”.
Tras dar a luz, Moore se presionó aún más para ponerse en forma para interpretar a su personaje militar. Reveló: “Iba a estar con uniforme militar y empecé a entrenar incluso antes de que naciera. Hice una caminata de dos horas y media el día que rompí fuente, un paseo en bici de 24 millas y hasta bailé en un club de reggae, por eso nació dos semanas y media antes”. Su relato refleja la intensa dedicación de las actrices que combinan maternidad y compromisos profesionales.
La actriz destacó que hoy en día las madres reciben mucho más apoyo en los sets de Hollywood, señalando una mejora necesaria en la industria. Moore enfatizó que, aunque el equilibrio entre carrera y maternidad sigue siendo desafiante, el entorno actual es mucho más comprensivo y favorable para las actrices que trabajan mientras cuidan de sus hijos.