Review de Vermin – La Pulga por @cinema.by.lai
Algo a lo que el cine de origen Francés no está tan acostumbrado es a entregar filmes de temática sobrenatural, fantástica o terrorífica, pero si lo es el caso del director Sébastien Vanícek, quien durante varios años entregó varios cortometrajes del género de terror con un toque experimental y que en este caso nos deleita con “Vermin: La Plaga”, película de terror que desafía a su audiencia, en especial a los aracnofóbicos.
Kaleb, de casi treinta años, nunca se irá de su barrio. Cuanto más pasa el tiempo, más solo se siente: está peleado con su hermana por una historia de herencia, ha roto con su mejor amigo y el resto de los amigos empieza a dudar de él. Apasionado por los animales exóticos, Kaleb lleva al edificio una araña venenosa. Cuando la araña se le escapa y pone los huevos por todo el edificio, Kaleb tendrá que aliarse con los amigos que han dejado de creer en él, para salvar la vivienda.
Desde un inicio se puede apreciar cierta contradicción en la ópera prima de Sébastien Vanícek, ya que se pone como objetivo la idea de no ser el típico cliché ni la típica película de supervivencia que recae en lo clásico para ser más amena, pero con un concepto inicial bastante utilizado en el cine de terror como lo es en esta oportunidad el de la invasión de insectos.
En este caso, “Vermin: La Plaga” hace esta contradictoria mezcla para para entregar un proyecto que piensa más en su público que en sus propios personajes, cosa que puede llegar a salir mal ya que hay que tener cierto balance a la hora de realizar una película, pero que esta lo hace de una manera excepcional por su hincapié en la psicología. Como podemos ver, “Vermin” se centra en una plaga de arañas que ocurre en un edificio y como los protagonistas, quienes están muy asustados por la situación, tienen que enfrentarla, partiendo de eso, el film pone el miedo, la tensión y las fobias, en especial a las arañas en primer lugar, tanto del lado externo como el interno, de esta forma esa preocupación traspasa la pantalla y logra hacer un efecto psicológico que asusta a su público, pero no con un típico jumpscare, sino que con el miedo de que estos insectos ataquen a los personajes y al propio espectador.
Partiendo de esa base, la historia comienza a funcionar desde un primer instante ya que lo primero que vemos es el origen de estas arañas, de donde salen y como atacan a las personas que las quieren capturar para comercializarlas. Desde ahí y sin la utilización del recurso del jumpscare, la cinta ataca a su audiencia con fobia y asco por las susodichas, pero sin dar indicios de lo que pasó después ya que pasamos a otro panorama bastante alejado de este principio en el que nos presentan a nuestro protagonista y a su entorno, en especial a los vecinos del edificio en el que vive, con una estructura un poco peculiar que peca de una importante lentitud y cierta pesadez en su contenido que sirve para ir conociendo el territorio de lo que después va a ser esta invasión.
Igualmente, aunque por momentos se siente que no va a llegar a nada y que el terror no va a aparecer nunca, termina finalizando en un primer ataque que plantara semilla para que el film active y se vuelva mucho más dinámico y entretenido, pero sin descuidar el toque psicológico que se plantea. Algo que sí es bastante peculiar del desarrollo de esta historia, es que siempre termina optando por ir por un camino fácil y predecible pero sin pintarlo como si fuera una novedad, sino que la propia historia sabe lo que hace y que está apuntando a lo obvio y con una gran dirección de parte de Sebastien Vanícek se adapta para dar un resultado bastante agradable y que sabe explotar sus recursos de manera inteligente para que la película no sienta la necesidad de agregar conceptos ni de cambiar de locación.
Con cierta fachada de película sobrenatural, “Vermin: La plaga” se trata de un film sumamente realista que ahonda por los pensamientos paranoicos de un aracnofóbico sin ser ese su eje central ni personajes que padecen tal fobia, para poder entregar una pieza simple en resoluciones y en jumpscares, pero con un corazón enorme y una atmósfera terrorífica en relación a lo visual y a lo psicológico que deja una buena sensación en su audiencia.