El inversionista y presentador de Shark Tank, Kevin O’Leary, generó controversia al sugerir que los estudios podrían ahorrar millones de dólares utilizando extras generados por inteligencia artificial en lugar de actores humanos. Durante una entrevista en el pódcast World of Travel: The Podcast de The Hill, el empresario aprovechó la promoción de su debut actoral en la película de A24, Marty Supreme, para exponer su visión sobre cómo la IA podría transformar la producción cinematográfica. “Casi todas las escenas tenían hasta 150 extras… cuesta millones hacer eso. ¿Por qué no poner agentes de IA en su lugar?”, comentó O’Leary, quien interpreta al esposo del personaje de Gwyneth Paltrow en la cinta protagonizada por Timothée Chalamet.
El empresario hizo referencia a Tilly Norwood, una actriz creada completamente con IA, aunque erróneamente la llamó “Tilly Norwell”. “Ella no existe, pero es una gran actriz. Puede tener cualquier edad y trabajar 24 horas sin comer ni dormir. El sindicato está enloquecido”, añadió, en alusión a la reacción del SAG-AFTRA, que condenó públicamente este tipo de iniciativas por “poner en riesgo los medios de vida de los artistas y devaluar la creatividad humana”. O’Leary también citó al grupo ficticio “Velvet Sunset” (en realidad The Velvet Sundown), señalando cómo la inteligencia artificial ya domina sectores como la música digital.
Marty Supreme, con un presupuesto superior a 60 millones de dólares, se convierte en la producción más costosa de la historia de A24. Ambientada en la década de 1950, la cinta sigue a un joven prodigio del ping-pong interpretado por Chalamet, con Paltrow como su interés amoroso. O’Leary argumentó que el uso de IA para los extras “no afecta el arte, porque no se puede notar la diferencia” y añadió: “Solo pones 100 Norwell Tillies y listo”.
El empresario canadiense también reveló que está desarrollando un “AI Kevin”, una versión digital de sí mismo creada en Abu Dabi, donde busca obtener ciudadanía. “La nueva versión es tan avanzada que no podrás notar la diferencia entre el real y el artificial”, afirmó. Con su postura, O’Leary reaviva el debate sobre el papel de la inteligencia artificial en el entretenimiento, justo cuando Hollywood intenta equilibrar innovación tecnológica y protección laboral en la era digital.