Esta crítica no contiene spoilers
Mi piel, Luminosa es uno de los relatos más impactantes que he podido ver de este festival. Lo que parecía que sería “un documental más”, terminó siendo una historia sacada de un sueño (tal como lo aclaran en el film). Un chico de una primaria en México ha sido puesto en cuarentena porque está perdiendo la pigmentación de su piel.
Si bien el documental-ficción dura poco, considero que tiene la duración perfecta para mostrar lo impactante y crudo de esta historia tan curiosa. Ciertos planos, ciertas secuencias y algunos silencios utilizados en el mediometraje terminan compactándose en unas escenas muy bien logradas para enganchar al espectador de principio a fin.
Pero no todo es algo malo, sino que también hay esperanza. La película de Pereda y Rodríguez logra una correcta transición del ocaso y oscuridad de el pequeño niño protagonista a una luz de esperanza que se logra completamente en el desenlace del mismo.