Esta crítica no contiene spoilers
Sinopsis: Ambientada a fines de los noventa, en pleno auge de las privatizaciones y crecimiento de la pobreza, Cartero sigue de cerca a Hernán, un joven lleno de ilusiones que consigue un empleo en el Correo Central. Allí un colega le enseña los códigos del oficio, pero la dura realidad lo obligará a romperlos.
“Cartero” tiene una historia simple, concisa y directa, pero lamentablemente no muestra cosas realmente interesantes a pesar de tener esas 3 características principales. Al principio vamos conociendo a nuestro protagonista Hernán, sabemos un poco de su vida y su personalidad/gustos. Luego lo vemos consiguiendo trabajo en el Correo Central y así comienza la travesía del pibe entregando cartas por las cuadras donde tiene que ir y haciendo un par de trabajitos más.
Pero realmente no hay casi nada que termine resaltando en la cinta, hay unos pocos momentos en donde los personajes discuten algo en concreto que nunca se termina de explicar porque es malo/perjudicial que Hernán se acerque y se pase merodeando por ahí. La situación amorosa del protagonista es algo que se siente demás y termina siendo demasiado irrelevante durante casi todo el film, salvo el final.
También considero que es un poco complicado poder sentirse identificados con los personajes o hasta llegar a sentir empatía por alguno de ellos, porque no sucede gran cosa. Hay momentos buenos de humor con algunos de ellos, pero no mucho más. Aún así la química entre algunos protagonistas se nota y es bastante llevadero y ligero para la trama, pero los demás no se terminan de entender su objetivo claro en la historia.
La película está ambientada en los 90, algo que lograron bastante bien y me gustó mucho la utilización de los diferentes colores para lograr ese aspecto entre lo “actual” y lo “pasado”. Me gustaron también la gran cantidad de planos para ponernos de lleno en esos años. La música también por momentos tiene un poco de importancia al momento de acompañar algunas escenas.
En resumen, “Cartero” presenta una idea muy a medias y que no termina sabiendo que es lo que realmente quiere.